viernes, 2 de abril de 2010

EL PODER DE LA AUTOIMAGEN Y LA INICIATIVA CIUDADANA

En el propósito de modificar la realidad cotidiana por una más acorde con nuestros deseos, resulta clave el factor de la autoimagen. Por tal motivo todo proyecto educativo debe empezar por fortalecer la autoestima de las comunidades y su dignificación.


Maxwell Maltz en su obra Psicocibernética apuntaba lo siguiente: "La autoimagen es la clave de la personalidad y de la conducta humana. Quien cambie la autoimagen transformará también la personalidad y la conducta. Pero hay más aún. La autoimagen determina y fija las fronteras de la consecución individual; define al individuo lo que éste puede y lo que no puede hacer. Amplíese la autoimagen y se ampliará la "zona de lo posible". La mejor definición de líder es aquella que dice: "El Lider redefine lo posible". En otras palabras, el líder tiene el don de modificar positivamente la autoestima del grupo, pues le permite sacar a relucir las habilidades y talentos que permanecían ocultos para fijarse metas que mejoren continuamente su calidad de vida.

La alianza estratégica de las Juntas de Acción Comunal (JAC), Grupos de Adultos Mayores, Asociaciones de Padres de Familia, Veedurías Ciudadanas y Ligas de Consumidores permitirá desarrollar el programa de Escuelas Ciudadanas donde se imparta educación comunitaria informal en las sedes comunales, escuelas y colegios con el objetivo de promover y difundir los derechos y deberes del consumidor, los mecanismos de participación ciudadana, y aplicar ese conocimiento para hacer de barrios y comunas un mejor lugar para vivir.

Los ciudadanos informados sobre las funciones de las Alcaldías y de las autoridades de control como las Superintendencias y Ministerios, una de cuyas funciones es tramitar peticiones, quejas y reclamos, pueden organizarse en Ligas de Consumidores entendidas como grupos de presión legítima para exigir eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios públicos, que además de los domiciliarios, son la educación, la salud, el transporte o movilidad, los bancarios y financieros, etc. Pero así mismo intervenir en la asignación del presupuesto público y tomar la iniciativa para desarrollar empresas comunitarias, es decir, para producir riqueza y no asumir siempre un papel pasivo y mendicante, pues la función del Estado no es reemplazar el emprendimiento ciudadano sino capacitarlo, apoyarlo y estimularlo.